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El Museo Carlos Ameghino tiene más de 70 años, es por eso, que tenemos muchas historias y novedades para contar. Si querés enterarte de éstas, también podés visitar nuestras redes sociales que aparecen en la sección de información.

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Actualizado: 2 jun 2019

Protocyon scagliorum era una especie de cánido extinto de grandes dimensiones que habitó Argentina entre 780 y 500 mil años atrás.

Este animal recorría las praderas abiertas y era un cazador activo al igual que su contemporáneo, el Tigre Dientes de Sable. Protocyon habría podido correr a gran velocidad persiguiendo y abatiendo presas de entre 50 y 300 kilogramos de peso como: camélidos, caballos, cérvidos y pecaríes. El peso de Protocyon se estima en unos 30 kilos (similar a un lobo actual) notablemente menor al de sus presas, sin embargo como sucede en muchos otros cánidos, la estrategia de cazar en manadas podría haber sido una solución a esto. Todavía se debate el motivo de la desaparición de este animal, aunque algunos investigadores lo relacionan con la extinción de muchas de sus presas hacia finales del Pleistoceno.

Nuestra institución alberga uno de los restos más completos de esta especie. Este espécimen fue colectado por Jorge Petrocelli a mitad del siglo pasado y luego llevado en préstamo para su estudio al Museo de La Plata por Daniel Berman. Hace unos meses, el personal de nuestra institución inicio comunicación con el museo platense para efectuar la devolución de dicho ejemplar. Gracias a la buena predisposición de la Vicedirectora Marta Fernández, el jefe de sección de Paleovertebrados Eduardo Tonni y el curador Marcelo Reguero, los materiales de Protocyon vuelven a formar parte de nuestro museo.

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Dos Tigre Dientes de Sable peleando. Ilustración: Sebastián Rozadilla

Fósiles de Smilodon o Tigres Dientes de Sable se han encontrado en toda América, desde Tierra del Fuego hasta Canadá. Por esta razón, se ha podido recuperar todo el esqueleto de estos impresionantes animales, habiendo incluso aquí en Mercedes dos esqueletos casi completos. De ellos se sabe, entre otras cosas, que eran enormes cazadores de hasta 300 kg. siendo más grandes que los felinos vivientes; que sus manos eran más altas que sus patas y que poseían una cola corta y que sus dientes “de sable” tardaban en crecer lo cual representaría una dificultad para los jóvenes. Sin embargo, todavía se desconocen muchos aspectos sobre la vida de estos grandes cazadores.

En el Museo Carlos Ameghino se expone un cráneo completo de un Smilodon, el cual presenta en su techo una incisión ovalada que atraviesa todo el hueso hasta el paladar. Esta misma seguramente halla sido mortal debido a su gran tamaño pero no inmediatamente, pues se observan marcas de cicatrización en la zona afectada. Investigadores de Museo Argentino de Ciencias Naturales han observado esta herida y han llegado a la conclusión de que fue producida por un colmillo de otro Dientes de Sable. Dichos investigadores observaron que incluso hoy en día, felinos actuales como los Leones suelen enfrentarse por comida, hembras o territorio, llegándole ha causar la muerte a su oponente, evidenciado por grandes incisiones en el cráneo causadas por los colmillos del león vencedor.

Gracias al ejemplar mercedino, ahora sabemos que los grandes colmillos de estos animales no solo representaban un arma para abatir presas, si no también, para pelear con otros Tigres Dientes de sable.

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En 2018, el personal del Museo Carlos Ameghino tuvo 12 días de intensa actividad organizando numerosos talleres para chicos, en donde se mezclaron juegos y aprendizaje. Durante ese tiempo se brindaron: talleres de pinturas rupestres, dibujo, modelado de dinosaurios en yeso, armado de rompecabezas, visitas guiadas, entre otros. Además, junto a paleontólogos profesionales que nos visitaron desde Museo Argentino de Ciencias Naturales, los chicos aprendieron a realizar dibujos de dinosaurios, a excavar fósiles en un arenero y a extraer dinosaurios como si estuvieran en una expedición paleontológica.

El resultado de estas jornadas fue la asistencia de más de 2000 chicos (sin contar los adultos que los acompañaban). Además, esta experiencia nos señaló que la comunidad mercedina se encuentra bien predispuesta a relacionarse con nuestra institución y se interesa y preocupa por la Naturaleza. Esto resulta muy importante, pues relacionar los juegos con el aprendizaje, incentiva a los niños a aprender o informarse por temáticas que les interesan, además de enseñarles acerca del cuidado de la Naturaleza como así también generar conciencia sobre su fragilidad.

Un grupo de niños jugando a excavar fósiles en el arenero de nuestro museo, mientras dos jóvenes paleontólogos les enseñan sobre técnicas de extracción.

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